El proyecto político se estrenará en las urnas en las elecciones generales de 2012
Walter Roa Paladines (Loja, 1956) llegó a Madrid hace 10 años. Licenciado en Económicas por la Universidad Católica de Loja -una ciudad a unos 600 kilómetros al sur de Quito (Ecuador)- describe su lugar de origen como "un hermoso valle en el pueblo de Vilcabamba".
Emigró a España al igual que muchos otros compatriotas de su generación y trabaja como electricista en una empresa de construcción de obras públicas. Era una época en la que la crisis no existía, España se vendía como un país próspero en el que hacía falta mano de obra y los ahorros crecían rápidamente.
Hace unos ocho años, él y 11 amigos, todos de Ecuador, soñaron el proyecto de fundar un partido político "para defender los derechos de los inmigrantes". Desde el pasado 29 de diciembre, el sueño es una realidad y Roa Paladines preside el Partido Comunidad Emigrante (COEM), el primero ubicado en Madrid dirigido a atender los intereses de este colectivo.
Sin sede todavía, recibe a los medios en el despacho de abogados que le asesoró sobre los trámites a seguir para constituirse en partido político, en la calle Constancia (distrito de Chamartín de la capital), mientras los clientes aguardan en la sala de espera.
Aunque en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 22 de mayo podrán votar por primera vez los inmigrantes de Colombia, Perú, Paraguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Nueva Zelanda, Noruega, Islandia y Cabo Verde con permiso de residencia (unos 350.000 votantes potenciales), COEM prefiere esperar y estrenarse en las urnas de toda España en las elecciones generales de 2012.
Aunque en las elecciones autonómicas y municipales del próximo 22 de mayo podrán votar por primera vez los inmigrantes de Colombia, Perú, Paraguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Nueva Zelanda, Noruega, Islandia y Cabo Verde con permiso de residencia (unos 350.000 votantes potenciales), COEM prefiere esperar y estrenarse en las urnas de toda España en las elecciones generales de 2012.
El plazo para que los extranjeros no comunitarios con derecho a voto se inscriban en el censo electoral termina hoy y el presidente del partido confiesa que el impacto del voto inmigrante en las elecciones locales y autonómicas "será importante pero no decisivo".
"El partido surge de la necesidad de representar y dar voz a los ciudadanos que vienen de otros países en las instituciones", asegura. En la Asamblea de Madrid solo uno de los 120 diputados es inmigrante (la socialista de origen colombiano Yolanda Villavicencio). La situación se agrava en el Congreso donde ninguno de los 350 escaños está ocupado por un político inmigrante.
El partido todavía no ha elegido candidato, el nombre se dará a conocer en las próximas semanas. Aun así, el programa está claro: "Exigir la redacción del reglamento de la ley de extranjería, aumentar el gasto público para crear empleo, fortalecer la exportación y la industria, fomentar las relaciones comerciales con los países de América Latina...", va enumerando el tesorero del partido, Alfredo Arrien. Mientras tanto, Roa Paladines asiente con el semblante solemne, flanqueado por dos portavoces del partido.
Desde COEM manifiestan que los Centros de Internamiento de Extranjeros "son necesarios" y apuestan por reforzar el control exhaustivo de las fronteras. La propuesta sorprende al tratarse de un partido que se define como "cien por cien inmigrante". Roa Paladines lo explica: "Nuestro objetivo es darles todos los derechos a los ciudadanos extranjeros que ya viven en España, disolver las diferencias entre los de aquí y los de fuera, pero limitar las nuevas entradas".
En relación a las iniciativas anti-inmigración para arañar votos, el presidente de COEM considera que, por ejemplo, la propuesta de prohibir el empadronamiento a extranjeros irregulares que esgrimió el PP catalán en la pasada campaña "es una iniciativa absurda que atenta contra los intereses de los ayuntamientos". El padrón "solo es un censo para saber el número de habitantes de cada municipio", afirma.
Son partidarios, sin embargo, del compromiso de integración que ya funciona en algunas autonomías, como la Comunidad Valenciana, "siempre que sea voluntario y tenga como objetivo favorecer la inserción social, sobre todo de los ciudadanos extranjeros que no hablan español".
Cuentan con unos 200 militantes, en su mayoría "ecuatorianos y rumanos residentes en la Comunidad de Madrid", pero aseguran que también aceptan a simpatizantes españoles. "Los españoles han emigrado, pueden volver a emigrar en cualquier momento por la situación de crisis y no podemos excluir a nadie", alegan.
El partido prefiere no identificarse con ningún color político: "No somos ni de derechas ni de izquierdas, ni liberales ni demócrata cristianos... nuestro único objetivo es la defensa de todos los inmigrantes".